¿Soy Gay?
“Somos
seres cambiantes por naturaleza”.
Esta
es una de las frases más hipócritas que he escuchado: “Nunca cambies”, me es
difícil creerla.
La pregunta de si yo era gay estuvo varios años
presente en mi mente, y se me fue implantando por la basta, estereotipada y
decadente sociedad en la que vivo.
En mi niñez no solía hablar con muchos hombres,
tampoco solía jugar fútbol y mucho menos hablar de él. Para mí era muy normal,
no le veía nada malo, pero con mis compañeros no era así, hacían comentarios
que escuchaban de otros lugares como "Ay tan niña" o ¿es niño y
no juega fútbol?.
Yo no entendía
porque era tan raro que para otras personas yo tuviera ese tipo de
comportamientos y mucho menos porque en ocasiones me obligaban a actuar o
hablar como yo no quería.
Al crecer fui entiendo más cosas, en el colegio
pase a la secundaria y empecé a llegar a la etapa de la adolescencia en la cual
las preguntas fluyen pero las respuestas faltan.
En mi salón no solía tener muchos amigos,
realmente hablaba con todos pero pocos querían pasar más de 20 minutos conmigo,
de hecho en recreo me sentaba con dos niñas que trataban de no molestarme pero
en ocasiones se dejaban influenciar.
Recuerdo que un día estábamos los de mi curso en
la biblioteca, una de sus ventanas daba a los salones de cursos mayores, yo
busque un libro que necesitaba y al regresar con todos a la clase,
pasadas dos horas el coordinador me llamo junto con otras dos personas a su
oficina, nos necesitaba con urgencia. Cuando llegamos el empezó a dar un discurso
algo patético que la verdad no entendía, cuando finalmente agrego que el motivo
de la urgencia era que unos estudiantes le habían informado que me habían visto
besándose con un hombre y que le parecía una falta muy grave, que el supuesto
problema pasaría a quedar en manos de rectoría y que tenían que buscar quien
había sido el otro. Yo estaba muy asustado, me parecía un problema enorme pero
lo que más rabia me daba es que esto era mentira; otra falsedad más en mi
contra para hacerme la vida imposible por creer que yo era gay. Al día
siguiente me obligaron a hablar con la hija de la rectora, otra petarda más de
la institución, ella me comento que con el coordinador habían indagado y
que la mayoría de estudiantes afirmaban que yo era gay y que por esto el invento
del beso si era creíble. Yo en ese instante empecé a sudar, las manos me
temblaban y sentía cosas que no eran en lo absoluto agradables para mí. Estuve
mal por varias semanas y decidí no contarles a mis papás los ataques que
sufría, en el colegio mi reputación quedaba por el piso y finalmente nunca le
dieron solución al problema en el que yo parecía ser el culpable.
Los comentarios agresivos siguieron. Ellos
buscaban hacerme sentir mal por como yo era, pero al decir yo era, no me
refiero a que fuera homosexual si no a ser como soy. Esas palabras que eran
utilizadas en insultos empezaron a grabarse en mi mente y hacerme pensar que
posiblemente si me gustaban los hombres y que todos esos comentarios si eran
verdad.
Seguí creciendo y conmigo vinieron muchos
cambios como mi voz y mi manera de pensar, pero aún la pregunta seguía presente
¿Juan eres gay?
Me hicieron bullyng por bastante tiempo, sufrí
muchos rechazos, en mi salón era la niñita, el bicho raro, el gay, el
amanerado, el afeminado, todo esto me hacía sentir horrible. Yo pensaba si
realmente soy lo que las personas dicen ¿alguien podrá aceptarme?,
¿tendré algún lugar en esta sociedad?
De los 12 a los 17 años mi vida fue realmente un caos emocional, me dejaba
herir demasiado por los demás, era vulnerable y con una falta de identidad tan
grande que no podía encontrar quien era, mi dolor era escondido por una capa de
un ser humano que parecía ser feliz, que le encantaba hacer reír a los demás y
que parecía que amaba a su ser interior
Afortunadamente seguí creciendo y digo que afortunadamente porque al pasar los
años mi identidad se fue formado, fui pensando de una manera de la cual me
siento orgulloso y esos comentarios que en el pasado fueron lágrimas ahora eran
simples palabras de personas retrógradas, rechazadas y tan vacías de todo, que
lo único que pueden hacer es fijarse en los demás al no poderse reconocer ellos
mismos. En mi crecimiento pude encontrar que estoy en una sociedad tan falsa,
tan llena de reglas ridículas, que a lo único que me llevan es a ser otra
persona, a ser lo que no soy, a ser lo que los demás quieren que sea, a ser tan
falso que parezca real.
Pienso que la sociedad no necesita más de estos estereotipos, ya es suficiente
con todos “los hombres son iguales y las mujeres deben limpiar”, no debemos
fijarnos en la sexualidad de los demás, su manera de vestirse o su manera de
ser, mejor hablemos, ayudemos y creamos relaciones entre nosotros.
Estoy seguro que el mundo necesita y pide a gritos personas reales, personas
que no se dejen influenciar por otros, influenciar de ellos mismos, nosotros
podemos romper los estereotipos, esos que lo único que han logrado son
suicidios y metas ridículas, yo decidí ser como soy y aunque aún me pongo
máscaras trato de que estas sean “mis mascaras”.
Hoy sé que no soy gay y que si así lo fuera a los demás no tendría por qué
importarles, sé que no me hace ser más hombre jugar fútbol, hablar de porno o
morbosear a las mujeres.
Aún me preguntan ¿Juan eres Gay? ¿Por qué no tiene novia? Y realmente esto ya no
genera dolor en mí, a veces me molesta pero creo que debo acostumbrarme a esa
pregunta, ya que no seré otra persona, considero que seguiré cambiando pero
esta vez sin temor al rechazo.
Mi mente aún no comprende cómo nos seguimos matando por ser diferentes, ¿hasta
cuándo seguiremos viendo las noticias con titulares repletos de guerra? ¿Cuándo
será el día en el que podamos vivir en paz los unos con los otros?
Esta vez fui Yo quien pudo superar el rechazo, pero sé que hay miles de
personas que terminan en una tumba, destruidos por personas que siguen dañando
y destruyendo nuestra sociedad.
Juan Esteban Baquero

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