CONTANDO OVEJAS por MAGDA PLAZAS
Había una vez cientos y cientos de ovejas corrían por una verde pradera ,eran gordas, redondas, esponjosas y deliciosas.
Detrás de una enorme roca en lo más alto de la montaña oculto y babeante un apuesto lobo, de grandes orejas y unos ojazos negros como el azabache con una piel aterciopelada.
¡Aaaay! qué ricas y deliciosas se ven mmmm, suspiraba en lo que se limpiaba su enorme hocico.
Se recostó un momento contra la gigante roca, se quedó mirando al cielo,veía las nubes y en ellas se formaban ovejas tan hermosas como las que habían en la tierra blancas y esponjosas.
Era mediodía cuando el sol estaba en lo más alto y sus rayos tocaban con toda sus fuerzas a la tierra. Empezó a contarlas y se quedó dormido. Después de un tiempo lo despertó una brisa fría de la noche cuando hay luna llena ,acompañada de un olor a almizcle, se estiró, sitio en sus pies algo suave y acolchado abrió sus ojos y quedó sentado ante la sorpresa. Oooh estaba rodeado de todas esas ovejas gordas y redondas que tanto apetecía.
Una de ellas le dijo: querido amigo lobo no te asustes ,nosotras vimos que te dormiste y el frío de la noche te haría daño, por eso subimos a cobijarte ,sabemos que tú siempre nos cuidas y en agradecimiento venimos a velar tú sueño.
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