Noviembre por felipe Siempira

 Dos de la mañana y el frio de la madrugada era acompañado de litros de sangre derramados, de una madre que no paraba de llorar por la decepción y un cuarto con una sola luz, la cual servía para ver la gran herida que había en el pecho de ese niño. A su vez una gran fiesta, una quinceañera con un vestido color azul, más hermoso que el cielo despejado, una familia esperando que se acabe el Valls para empezar con el techno, el alcohol y el éxtasis no eran más que los invitados de honor. Mientras la dopamina y el espíritu de unos se liberaba un alma se apagaba, mientras la lluvia de sobres cada vez se llenaba más unos ojos perdían el poco brillo que les quedaba, mientras las casualidades eran más frecuentes en esa fiesta había alguien que lo acababa de perder todo, mientras un alma nacía de nuevo tras ser salvada la otra caía al abismo, dos historias tan distantes pero tan cercanas a la vez, dos personas tan diferentes pero con una historia tan cercana... no se separaron, una murió para salvar a la otra.

 

 

 

 

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