DESCUBRÍENDOTE POR MARY ANGEL

 Entre arpas y guitarras, entre violines y flautas,

a la hora vespertina, te encontré.

Pasaste por mi lado y seguiste de largo,

pero algo de ti, se quedó en mí.

La sombra de tu cuerpo se aferró a mi pensamiento,

con el pincel de mis sentidos, allí te dibujé.

El vestigio del aroma que dejaba tu cabello, se apoderó de mi cuerpo,

y en trémula hada, me convertí.

Se sacudieron mis alas de ilusión construidas,

en rápido vuelo, a tu cabeza llegué.

Fueron tus rizos el tobogán que me llevó a tus fuertes hombros,

con temblorosos dedos, tu piel acaricié.

Tu sudorosa espalda, fue torrentosa cascada,

en la que, sin miedo alguno, me consumí.

Entorchando mi imaginario cuerpo, por los troncos de tus brazos,

tus firmes manos, hallé.

Sin que lo advirtieras, las cuerdas de tus dedos, acariciaron mi torso

y aturdida de placer, sobre tus caderas caí.

En la cima de tus glúteos plenos de armonía y gracia,

en medio de su movimiento, de mi ilusión desperté.

Habías volteado a verme con tus ojos de almíbar,

y tu mirada traviesa que de inmediato comprendí.

Viéndose sorprendida, el hada de mi deseo, se ocultó entre mis muslos

y a esa hada curiosa, en lo más profundo ahogué.

Mary Angel Duque Vargas

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