REMEMBRANZAS EN CASA DE MIS PADRES por ELSA PARRA GÓMEZ

 En aquella tarde lluviosa y gris, los rayos y centellas se escuchaban por doquier, mi madre nos cobijaba y apartaba de las ventanas, el miedo a los truenos no nos dejaba salir de su cama, ella aprovechaba para prepararnos su bebida mágica que nos quitaba el frío, ese delicioso pocillo de leche caliente con un chorrito de brandy, para que nos quedáramos dormidos mientras cesaba la tormenta.

Mi hermano Edison, el mayor de mis tres hermanos, siempre que llovía y a la luz de los relámpagos evocaba sus cuentos de terror, empezaba haciendo figuras con sus manos proyectadas con la sombra que se reflejaba en la pared, chasqueaba y hacia un montón de sonidos, que al final todos empezábamos a gritar del susto, en un momento de silencio, se escuchaba una gran carcajada que generaba un eco fantasmal, haciendo la noche más corta y amena de lo habitual.

Entre sueños y con un ojo más cerrado que el otro, se visualizaba aquella habitación de color azul, la puerta era de madera y tenía un pequeño roto al lado de la chapa (una vez que se quedó trancada y mi padre un hombre alto, de traje de paño, puños y cuellos almidonados muy elegante, en un momento de ira, con una patada abrió la puerta dejando el rastro del golpe); También, se ve el chifonier donde guardábamos la ropa, los zapatos, en la parte superior de aquel mueble, mi padre colocaba todas las cosas que no quería que nosotros tuviéramos a la mano, como por Ej.: la botella de vino cariñoso que mi hermano Tavo siempre alcanzaba con solo arrastrar una silla, la habría tomaba un sorbo y si alguno de nosotros lo pescábamos, nos compartía un poco y nos convertía en sus cómplices; para que mi padre no se diera cuenta de lo sucedido llenaba la botella con un poco de agua y la volvía a colocar en su lugar.

Qué recuerdos tan bonitos, es así, como a mi memoria llega la imagen de aquel cuadro que tenía una niña de cabellos dorados un poco rizados que se cogía sus pies, mi mamá decía que este cuadro lo compro porque en esa época si una mujer estaba embarazada y quería tener una niña colocaba este cuadro en el cuarto y le funciono durante esa época nací yo.

En el cuarto de mis padres había una cama enorme, estilo LUIS XV, en la que cabíamos todos cuando hacía mucho frío y nos arropamos con las pesadas, pero calentitas cobijas cuatro tigres, mi hermano menor dada tantas vueltas dormido, que nosotros terminábamos sacándolo enredado entre las cobijas fuera de la cama, mi mamá se ponía furiosa y siempre nos decía que no nos iba a volver a dejar dormir con ellos, afortunadamente, nunca cumplió lo dicho en las tardes frías y lluviosas siempre nos cobijaba en su cama.

 

Autor: ELSA PARRA GÓMEZ.

Taller creativo literatura.

Docente: Mónica Mejía

17 Marzo de 2023

 

 

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